13.7.16

Pobres de espíritu.

     
        Me aburren hasta el final y vuelta a empezar, un bucle infinito, un sueño que despierta ahogado en sudor a la misma hora cada noche. Veo en sus ojos ese centelleo de placer sádico al hablarme con su dulzor plástico, tan equivocados en la sentencia que dan pena. Son los pobres de espíritu, rezumando mierda de continuo. No hay problema, ya estoy acostumbrada a su peste, me distraigo en mi misión, sonrío mientras enciendo un cigarro.
       No llegarás a saber cuánto podrías dar ni recibir, no entenderás por qué el camino sencillo siempre es el más difícil de escoger; nunca te preguntarás qué hacía allí, por qué sonreía o por qué fui amable contigo a pesar de tu actitud, no me conocerás, no querrás darte cuenta de que no soy mejor que tú. Hasta el último día de tu vida creerás que todo lo que hiciste era lo necesario para sobrevivir y recordarás estos momentos con orgullo. Yo lo dejo a un lado en cuanto acabe la página, yo me divierto recordando carcajadas, yo no necesito nada que no signifique delicioso.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Aquí puedes insultarme.